¡He ganado uno de los sprites!

Pues si, un poco no me lo creo ni yo, pero resulta que he ganado uno de los premios del concurso de relatos.

No sé muy bien cómo he podido ganar, ya que el relato no me salió como yo esperaba, o igual es que la idea en mi cabeza me gustaba más, pero bueno, aunque no me haya quedado muy bien el realto he tenido la suerte de mi parte. Tras la noticia nos han hecho una encuesta para que cada uno haga una lista de qué sprites prefiere. ¡Ahora sólo queda esperar a Correos! Cuando lo reciba o sepa cual me toca, lo comentaré por aquí.

Por si a alguien le interesa leer los relatos, puede verlos todos aquí (yo he perpetrado el número 9) o simplemente leerlo aquí debajo. Aunque la verdad, ponerlo me da algo de vergüenza porque me parece un churro...

Ella
Habían sido tres años difíciles. Y es que por más que intentara ocultarlo, no lo había superado. Era imposible: todas las noches, al guardar la bici en el garaje, él veía sus cosas tiradas por allí. Nunca se había atrevido a alterar el desorden que siempre la acompañó en vida. Lo mejor hubiera sido que una vez pasado el trágico accidente y el duelo, él se hubiese decidido a meterlo todo en una caja: guardar las cosas de ella junto con sus sentimientos en un triste contenedor de cartón corrugado e intentar superarlo. Estas cosas pasan, la vida es una mierda, no somos nada, siempre te quedarán los buenos momentos… cualquiera que ha perdido a alguien querido sabe ya de qué va el rollo.

Ver sus cosas esparcidas por ahí siempre le traía el recuerdo de los buenos momentos: los paseos, las risas, los domingos tirados en el sofá, las tardes de aquél verano en el que en el curro le dieron media jornada y podían ir a pasear todos los días a la playa. Incluso se rió recordando como ella no pudo aguantarse aquella tarde de Agosto y se metió en el agua para hacer lo que no se podía hacer a la vista de los ojos del resto de bañistas. Definitivamente habían compartido mucho.

Mientras pensaba en todo esto y recorría con su mirada todos sus bártulos, observó que había algo que se le había escapado. Debajo de una de las estanterías asomaba el mango de un cepillo. Alargó la mano y ahí estaba. Su cepillo. ¿Cómo habría llegado allí? Y una maraña de pelos en él. Quizás en otro siglo la clonación hubiese podido vencer a los accidentes de tráfico, pero aunque hubiese existido la posibilidad, no lo habría hecho. Sin embargo, el recordar como todas las noches, antes de acostarse, le cepillaba el pelo le hizo darse cuenta de algo. Era el momento de buscar un nuevo perro.

No es el tipo de cosas que suelo escribir, pero un concurso de relatos donde es obligatorio comenzar por "Habían sido tres años difíciles" a fuerza impone cierto tono de melancolía. La idea principal del relato, era aprovechar que tenía que ser breve para meter una idea en la cabeza al lector y luego darle un pequeño giro final: el pobre chico triste que echaba de menos a su chica, mujer, novia... en realidad echaba de menos a una perra. Yo creo que uno se da cuenta demasiado pronto de que el niño pequeño ve a los muertos, pero bueno, se hizo lo que se pudo, ¡lo escribí en diez minutos de reloj!

Actualización: Víctor me ha confirmado que me toca el sprite de Ness. Como me parecía injusto pedir mi favorito (Samus) ya que tengo esos colores en casa a paletadas, pedí quedarme con el menos votado, aunque si podían ser Ness o Kirby mejor, ya que son dos personajes a los que les tengo mucho amor. Al final ha sido Ness y yo me alegro, ya que sprites de Kirby ya tenía pensado hacer un par.